El Fast-Food empieza a ser importante en el momento que la
sociedad da mucha importancia al ocio y al bienestar, y no se quiere prescindir
de nada. Se vuelve apresurada, y debe sacar el tiempo de donde sea. Y para
mucha gente, este ahorro de tiempo lo busca en la comida. Aun así, parece ser
que esto no es una cosa creada recientemente, sino que en la antigua Roma ya
había puestos callejeros que vendían alimentos en la calle ya que también era
una época donde se vivía muy abocado al ocio.
El proceso productivo de un establecimiento Fast-Food debe
ser rápido y sencillo, dónde el propio consumidor es el camarero. Este es uno
de los motivos por los cuales pueden ofrecer unos precios bajos: rapidez en la
elaboración, proceso productivo ágil y sencillo y ausencia de servicio.
Aún tener unos precios bajos, eso no se debe relacionar con
la falta o baja calidad. Y por el hecho de tener estos precios relativamente
bajos ya se le califica de comida basura.
Este estilo de vida se introdujo en Europa, procedente de
Estados Unidos, y actualmente también se han apuntada a él la comida
mediterránea con sus pizzas, bocadillos o tapas o los ahora famosos kebabs o
los burritos mejicanos.
Por lo tanto el Fast-Food es sinónimo de rapidez y de elaboración
sencilla, pero no necesariamente de comida basura. Aunque, también debemos
reconocer que posee una elevada densidad energética y con grandes contenidos en
grasas e hidratos de carbono como seria las hamburguesas, Frankfurt, patatas
fritas,…
Por lo tanto, el consumo de comida rápida no tiene ningún
riesgo para la salud, a no ser que se abuse de ellos.
Es interesante leer el artículo entero, os añadimos el
enlace.
¿Estáis de acuerdo con lo comentado en la entrada?
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